lunes, 19 de mayo de 2014

Extracto del Poemario "VERSO" (La Sonrisa de los girasoles)

 
 
 
YA ESTOY AQUÍ

Te duele.
Te duele la desgana en el pecho
la singladura del tiempo en tus pies
y la dehesa vacía de tu flor marchita.

Te duele la providencia de la palabra
y te duele el olvido.
Te duele la clarividencia de los espejos
y la madurez en la antorcha apagada.
Te duelen los sueños.

Te duele la bofetada del viento
y el círculo imperfecto de tu aliento
impregnando su huella en la ventana.
Te duelen los pestillos del universo
cerrados a cal y canto sobre tus sienes.

Te duele el desespero y el grito,
en el silencio agudo y mortífero de los otros
y la cadencia en la rama tronchada,
donde carraspean los picos semidesnudos.

Te duele la insensatez de tu penumbra
y la luz amortajada de los verbos.

Te duele la cordura del presente
y la tempestad de la luna en su naufragio.
La delicada sábana sobre la piel de eucalipto
y la espada desenvainada sobre la lengua.

Te duele la respiración cuando apenas vives
y la oscuridad prohibida,
cuando a veces sueñas.

Te duelen los huesos cuando besas
y tragas la enjundia de las espinas.
Y solo entonces el dolor que duele
se marchita en una suave muerte,
que aún más duele.
 
Te duele la cicatriz y la mordaza,
el amparo de otra voz y de otro ocaso.

Luego llego y me sonríes
aupada en la paz de otra paloma.
Ahora estamos juntos
y la vida danza entre el limón.

Otro temblor de caricias zozobra tus caderas
y otra leña se retuerce en el fuego
mezcolanza de fiebres y dulzuras.
 
Ya estoy aquí.
En el negro y el blanco de tu palabra escrita.

Cuando te acercas a mi vida imploro
otra vida para hacerla infinita.
Cuando me aíslo en tu latido
y sientes mi lágrima arañar tu sombra…

¿Te duele?
 
 
José Manuel Rodríguez Viedma

viernes, 2 de mayo de 2014

Extracto del Poemario "VERSO" (La sonrisa de los girasoles)


 
 
 
 
CRUZ DE MAYO

 Solo Granada es capaz
de poner en un halo de luz,
el pétalo en una cruz,
y echarse de nuevo a soñar....

Con una flor y nada más
en este empeño andaluz,
ha de estar Cristo Jesús,
echando otras redes al mar.

Con una flor, la tijera y el pero
para cortar la lengua al hablar,
si con ello para faltar,
no se utiliza el salero.

Si acaso se puede pagar,
¡paguen ustedes el sueño!
de ver la gloria en un leño,
con un chavico sin más.

Así es Granada otro cuento
de claveles y gitanillas locas,
que se llevan a sus bocas,
las aceitunillas del beso.

Y así la Granada, el requiebro
todos los tres de mayo,
como diosa en un caballo,
a los pies de un limonero.

Pues solo esta tierra es capaz
de hacer con dos ríos; el mar
y de la flor y la cruz… ¡otro cielo!
 
 
José Manuel Rodríguez Viedma

Con otras miradas...

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La mitad del silencio

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