lunes, 16 de febrero de 2015

INVITACIÓN


Dos y dos

DOS Y DOS

Dos y dos en la misma antesala de las incongruencias. Las similitudes entre los besos abriendo las bocas de pez en otras aguas dulces y frías. El oxígeno examinando la piel con pequeños aguijonazos de ternura y en cada punto indivisible de paz, todo un universo de dolor cuando se ama. Dos y dos estatuas semiinconscientes, blancas, inmaculadas y desvanecidas, por las que la sangre transita buscando la luz para gritar que están vivas y, en medio de sus universos pétreos, los ojos. Las pupilas tiernas y el destierro de los olvidados sin nombre. Los párpados entornados, casi dormidos, sueñan sobre otra cuna mecidos por el mar de una lágrima sin sal.

Todo está dicho sin abrir la boca. Todo es silencio en un puro grito de sazón y fuego. Todo es inmortal y nuevo, desvarío e inconciencia, calma y desasosiego en la mente turbia de los mortales. Ya no importa nada ni nadie. Hemos llegado hasta aquí. Puestos los píes. Acariciada el alma.

Son dos y dos tus ojos y los míos. Un solo y extraño beso ha venido a vernos. Era nuevo. En mis manos he hallado las tuyas temblando y no hacía frío. He puesto las mías junto a ellas. Se ha parado el mundo en otro giro de reloj y han cantado las en punto los minuteros y las campanas. Hemos visto esconderse la alondra en el nido entrelazado de nuestros dedos y sentido estremecerse todo el universo sobre la cárcel de nuestros huesos.Tanta fuerza era impensable. Toda gramática entre la matemática y la ciencia.
Tan solo una lírica mezcolanza con la luz y el agua de aquella fuente. Con tus ojos y los míos, tus manos y mis manos. Se calló el viento y la rama. Acudió un ángel para rendirnos cuentas. Sumó a la luna y al sol... múltiple extraño. Dos y dos.




José Manuel Rodríguez Viedma

Pregón XXV Aniversario del Costalero del Zaidín


Con otras miradas...

Con otras miradas...
La mitad del silencio

Libro de vistas