viernes, 25 de septiembre de 2009

Patrona de Granada

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Ultimo atardecer de septiembre...
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Septiembre en el almanaque
y las flores que se desmadran,
ni una crece en la vega
que dicen que en la carrera,
toditas las mañanas
ellas solas se desgranan
con sus pétalos de seda,
por ver quien es la primera
que consigue posarse en su cara
y robarle si puede una pena.

Embajadora Reina y Madre,
en Tu tormenta serena
esta Granada de bronce,
esta Granada de piedra
anda buscando escaleras
en la piedad de los hombres.

Y es Tu grandeza Señora
como el manto en el que recoges
los pecados que te entregamos
mientras repartes perdones.

Virgen de las Angustias
Patrona y Soberana
no hay domingo más glorioso,
más florido, más hermoso
que aquel que te llevan en andas
y cien palomas cruzan,
el plomo de tus campanas…
José Manuel Rodríguez Viedma
(Estracto Pregón Oficial de la Semana Santa de Granada 2.008)

lunes, 7 de septiembre de 2009

Pensamientos de infancia.




Nostalgia serena



No me apena la nostalgia,
de ver pasar el tiempo
ni las arrugas en la cara,
ni el color blanco del pelo.

El tiempo que pasa, ¡pasa!
sin poder detenerlo,
como el aire de mi ventana
como las flores de enero.

No me apena para nada,
tener en mi alma el secreto
de sentir el alma engalanada,
por la profundidad del sueño.

No me apena para nada,
sentir del aire el silencio
como posa en mi almohada,
las hadas de los recuerdos.

Yo soy feliz en mi ventana,
contando las gotas de mayo
escuchando de la campana,
el suspiro de un rosario
que rezan las viejecitas,
en las sillas de mi patio.

Ver la torre de la iglesia,
por la que no pasan los años
y las flores de mi maceta
cuajadita de geranios.

Yo soy feliz en mi ventana,
dibujando un puerto en mí barrio
lleno de barcos veleros,
por los que va navegando
el timonel de mis sueños,
con su ancla de barro.

Y como no tengo playa,
ni mar, ni sirenas
de la noche hago océanos,
cuajaditos de estrellas.

Y como no tengo barca
ni redes, ni velas
me hago pescador de sueños,
en mi barriada pesquera.

Y al niño le pesco una flor,
con sabor a hierba buena
y a la niña un amor
para ponerlo en su pecera.

La mar escondida
entre las callejas,
de ellas me saltan
delfines, ¡sirenas!

En mis sueños mi barrio es,
lo que yo quiera que sea
un jardín encantado,
rodeado de palmeras.

Una saeta rota
al llegar la primavera,
las alas de una paloma
que giran, saltan, corren, vuelan.

Un beso en una farola,
cuando se ama de veras
que deja mi barrio vacío,
de luces y de veletas.

Un presente inacabado,
un pasado sin cadenas,
un tesoro de bizcocho,
chocolate y magdalenas.

Mi barrio es un viejo chiquillo,
al que no le falta de nada
si acaso algún capricho,
que pueda tener en mi zambra
¡poner mi barco en el rió
y tener mas cerca la Alhambra…!
José manuel Rodríguez Viedma
(Pregón de las fiestas del Zaidin año 2.005)

Con otras miradas...

Con otras miradas...
La mitad del silencio

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