La primera sensación
ñññññññññññññ
Que extraña lentitud,
tus manos sobre las mías.
En un instante de inquietud
temblorosas, ausentes, frías…
Que extraño parecer,
tu latido sobre mis risas.
Alborotada la calma en la piel
tortura cuando me miras.
kkkkkkkk
kkkkkkkk
Y al romper el silencio del beso,
al juntar la boca contra otra boca
que extraño y profundo deseo,
dejar desnudas las olas
en esta mar que desboca
las tormentas de Morfeo.
Que realidad ya en tus manos
acariciando mi cuerpo,
como una paloma sin alas
a la que le crecen diez dedos.
Ya mi espalda en tu cama,
ya mi cuerpo en tu pecho.
Mientras la seda de la almohada
desprende aromas de sueño.
Que extraño temblor
en la cárcel de tu mirada.
Que extraña aguja ensartó el hilo
al que se cosieron tus lágrimas.
Que irónica sonrisa,
desnuda te arranca.
La luz de una luna
que no quiso ser blanca.
Que extraña lentitud,
cuando las luces se apagan
y solo quedan las sombras
atrapadas a la cama.
¿Te marchas?
ñññññññ
ñññññññ
Tus manos sobre las mías,
solo hay silencio en mi oído.
Extrañas sensaciones, (ya no hay risas)
que gimen entre esencias de olvido.
José Manuel Rodríguez Viedma.